Los caballos nos dan la posibilidad de entrenarnos en nuevas formas de relación con el mundo, sin el peso de la exposición, la vergüenza, el juicio y el riesgo de ser rechazados.

En un entorno de naturaleza y en la seguridad que nos ofrece el entrenamiento con los caballos, nos detendremos a observar nuestros procesos de contacto “conmigo misma, con el otro, con el mundo” en sus diferentes modalidades, y cómo es cuando interrumpimos ese contacto.

Los caballos me permiten entrenarme en nuevas formas de relacionarme, que no estaban en mi familia, y desarrollar nuevas capacidades. El darse cuenta como experiencia orgánica.

Organizado por la Escuela de Gestalt de Catalunya.